Te presentamos
los lugares más atractivos de esta colonia, una de las más famosas de la Ciudad
de México y que, para fortuna de los capitalinos, ¡ha tomado un segundo aire!
Este rincón de
la Ciudad de México ofrece a los más exigentes desde lugares de alta costura,
boutiques exclusivas, galerías de arte, centros culturales, elegantes y
alternativos salones de té y cafetines, restaurantes de diseño con cocina de
autor, bares alternativos y lugares para degustación de vino, hasta las plazoletas más íntimas con sus calles
arboladas y elegantes casonas de principios del siglo pasado.
Un recorrido
diferente
Por la mañana
escogimos la avenida Álvaro Obregón, centro neurálgico de la colonia, para
iniciar nuestra visita, y claro, lo primero un buen desayuno y para esto, qué
mejor que El Delirio de Mónica Patiño, acogedor espacio repleto de delicias
culinarias ordenadas con gusto en anaqueles de madera que rodean las mesas:
conservas, mermeladas, condimentos, carnes frías, pastas, panes, todo se
disfruta de sólo verlo.
Saliendo,
sobre la misma avenida, en el Edificio Balmori nos metimos a un excéntrico
salón de té: Caravanserai, la variedad de infusiones es copiosa y el mobiliario
y los salones cómodos y de buen gusto. El Balmori, construido en 1922, está en
Álvaro Obregón y Orizaba y tiene un aire afrancesado con una elegancia clásica,
en la planta baja hay comercios muy atractivos como una estética, una librería
de libros de arte y una tienda gourmet.
Justo en
frente está la Casa Lamm, sin duda uno de los inmuebles más atractivos de la
zona. Nuestra visita a este Centro Cultural para la difusión y el estudio de
las artes desde 1993 fue todo un placer, sus espectaculares esculturas al aire
libre, salones de exhibición, librería, jardines y restaurante son un verdadero
homenaje al buen gusto.
Por la misma
calle de Orizaba, bajamos hasta la Plaza Río de Janeiro con su escultura del
David al centro y sus hermosas casonas y edificios que la rodean.
Lo que más
llama la atención es La Casa de las Brujas, con sus techos de dos aguas,
ventanas en forma de ojos y bello acceso principal al puro estilo art déco.
Enfrente está la famosa galería OMR, de amplios salones con obras
contemporáneas que adquieren su justo valor en estos espacios blancos y
limpios; geometrismo, neones y fotos de estructuras arquitectónicas
Atraparon
nuestros sentidos
Para continuar
con el arte, otras galerías nos esperaban en la misma Plaza Río de Janeiro:
Arróniz Arte Contemporáneo y El 52. Regresando por Orizaba están: Dimitri
Decoración e Interiorismo, Terreno Baldío Arte, y cerramos en la calle de
Colima, que es donde se encuentran la mayoría: Traeger & Pinto, C208,
Destructible, Headquarter, Sicario, Labor, Vértigo Galería. Nos llamó la
atención el Goodbye Folk, Vintage & Styling, una original boutique de ropa
con diseños de autor y prendas antiguas que se arreglan a la medida, además ahí
mismo tienen una estética.
Para comer nos
decidimos por el restaurante Mog, en Álvaro Obregón, de cocina japonesa y
tailandesa, un verdadero homenaje al kitsch, objetos varios en un aparente
desorden, muebles de época, cómodos sillones en rincones íntimos, obras de arte
y un espléndido menú.
Para la tarde
nos recomendaron algunos lugares que a priori sonaban interesantes: la Galería
Blue Demon, en Álvaro Obregón, un “templo” dedicado a la lucha libre; también
en esta avenida encontramos la tienda y galería DIME, que reúne propuestas de
muebles, objetos, arte y moda de diseñadores mexicanos. Después visitamos la
Iglesia de la Sagrada Familia (1910), en Orizaba y Puebla, de estilo entre
neorrománico y neogótico. Enfrente está una hermosa casona, La Casa del Libro
de la UNAM.
Nuestra
siguiente parada fue en la heladería La Bella Italia, en la calle de Orizaba,
su calidad y variedad siguen intactas después de tantas décadas.
La noche
llega, inicia la “marcha“
Para el final
dejamos posiblemente el lugar más emblemático de La Roma: La Fuente de las
Cibeles, que es una réplica exacta de la de Madrid, obsequiada por la comunidad
española como símbolo de hermandad entre ambas naciones en 1980.
Alrededor
existen lugares muy interesantes como el Club Cibeles bar, el Bow Wow Deli
(puede ir a comer con su mascota) y allí mismo, en la calle de Oaxaca, está el
Pecado de Noé, un interesante y alternativo bar donde se puede catar y degustar
los mejores vinos mexicanos y extranjeros. Para cenar nos decidimos por El
Jolgorio, exactamente frente a la citada fuente.
La noche era
joven y la “marcha“ iniciaba, después del club Cibeles, siguió el bar
Covadonga, en la calle de Puebla; después la barra del Stampa de Mar, en
Orizaba, elegante con excelentes cocteles y muy buen ambiente y más tarde
cerramos con nuestros amigos del bar Tarragona, en Álvaro Obregón, pequeño y
acogedor con excelentes “tapas”, aquí convergen artistas, escritores y uno que
otro periodista.
Si vive o
visita la Ciudad de México, no deje de pasar un día en esta bella colonia, no
se va a arrepentir, obtendrá mucho más de lo que espera, quedará gratamente
sorprendido por este centenario rincón del antiguo “potrero de la Romita”.
Un poco de historia
El origen de
la Roma se remonta a principios del siglo pasado, cuando el área que
actualmente ocupa se conoció hasta fines
del siglo XIX como “los potreros de la Romita”. Fue fraccionada por Walter
Orrin, que era dueño de un famoso circo y decidió que las calles llevaran los
nombres de las ciudades mexicanas donde su circo había sido más aplaudido.Por: Nicolás Triedo
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